Defino información electrónica como aquella que se
encuentra almacenada electrónica mente y a la cual se accede también electrónica mente. Esta definición incluye “formatos tangibles” como el CD-RON y
sus posibles sucesores, DVD ( Digital Vídeo Disco --en
ocasiones denominados Digital Vérselo Discos ) así como “no
tangibles” formatos como las bases de datos electrónicas y los textos
accesibles en línea.
Por contra
no incluye la información almacenada electrónica mente a partir de la cual se
generan productos impresos; así, las impresiones que se realizan a partir de
bases de datos bibliográficas o de texto completo y que se entregan a los
usuarios están excluidas, en lo que les concierne a los usuarios hay poca
diferencia con la recepción de documentos impresos de cualquier otra fuente. De
hecho, si se tuvieran que incluir las impresiones de materiales almacenados electrónica mente se tendrían que incluir la mayoría de los libros y revistas
actuales.
Espero que el debate “acceso versus adquisición”
– es decir, si las bibliotecas han de mantener las adquisiciones (o la
conservación) de material impreso o han de descansar únicamente en el acceso
remoto -- se sosiegue a medida que el sentido común prevalezca y nos ayude a
descubrir que en tanto que las dos posibilidades existen, ambas son necesarias,
y que es principalmente en los espacios marginales de la adquisición --esto es,
material no básico-- en los que el debate se puede considerar como real .
En cualquier
caso, esta disyuntiva ha sido fundamentalmente planteada en términos
académicos, en libros y en revistas; muy pocas bibliotecas han sacrificado de
forma deliberada las adquisiciones frente al acceso. Aquel bibliotecario que
haya cancelado todas su suscripciones corrientes dependerá de los fondos y de
la buena voluntad de otras bibliotecas.
Nadie sabe
cuánto costará el acceso electrónico si acaba siendo la norma para las revistas
científicas, ni tampoco las restricciones que se establecerán para su uso, y
por tanto un bibliotecario estaría loco si cancelase muchas revistas basándose
en apreciaciones sobre las nuevas tendencias económicas (como opuesto a la
cancelación por razones exclusivas de falta de presupuesto). El debate puede
sin embargo revitalizarse en la forma de “colecciones electrónicas versus acceso
electrónico” -- es decir, si es mejor adquirir bases de datos bibliográficas o
de textos completos en CD-ROM, frente al acceso en línea a los mismos (o, para
el acceso al texto completo, por el convencional sistema de la fotocopia y del
préstamo bibliotecario)--; frecuentemente esta es la disyuntiva.
Por supuesto, la información electrónica incluye un
buen número de materiales que no están disponibles de ninguna otra forma:
algunos están en los bullían bordas, algunos ofrecidos por
organizaciones reconocidas, otros simplemente puestos allí por particulares.
Algunos son gratuitos, otros son de pago.
Muchas personas tienen en la actualidad sus propias home
pajes . Desde el momento en que personas a título individual pueden
colgar lo que quieran en Internet, y puesto que también algunas organizaciones
parecen utilizarlo como lugar para poner de todo, el World Wide Web se ha
convertido en un gigantesco ciberespacio. Conversaciones entre grupos y personas se establecen a través de Internet; una persona puede sentarse en casa
y comunicarse con gentes de todo el mundo sin reunirse con nadie en absoluto
--puede convertirse en un ermitaño global.
Una de las principales características que
distingue Internet del material impreso (así como de los formatos electrónicos
tangibles) es que se trata de un sistema interactivo. Otra es que la
información electrónica (tanto tangible como intangible) puede incluir diversas
formas de comunicación --texto, imágenes y sonido. Existe la expectativa de
escuchar la.
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